viernes, 25 de abril de 2008


EL PRESUPUESTO DE EJECUCIÓN DE OBRA EN LAS EMPRESAS CONSTRUCTORAS

La actividad económica de las empresas constructoras es la fabricación de un producto, la construcción, cuyo proceso productivo siempre es diferente, tanto por el diseño y especificaciones de cada inmueble construido como por la diversidad de las actividades que intervienen en dicho proceso de construcción, y además en diferente grado de combinación, lo que a su vez determina requerimientos muy diferentes de materiales.

El proceso productivo de estas empresas y el producto que genera presentan una serie de peculiaridades, que pasamos a detallar:

A) Relativas a la propia actividad de las constructoras:

- Las empresas trabajan normalmente bajo pedido efectuado por un promotor que aporta el proyecto de construcción y la dirección técnica del mismo, lo que implica normalmente una gran dosis de especificidad en cada obra a acometer. Como normalmente sucede en las ventas por pedidos, la obra es vendida antes incluso de iniciarla.

- La construcción exige una gran heterogeneidad en las actividades a realizar, muchas de ellas subcontratadas. Esto y la falta de normalización del proceso (dos edificios idénticos, separados tan solo por unos metros pueden requerir distinto grado de cimentación) dificulta la determinación del coste de la producción.

- La larga duración del proceso de producción de la obra conlleva la necesidad de revisiones de precios de construcción, mientras que el uso de los reformados y añadidos obligan a ir modificando el proyecto de obra lo que introduce otra característica como es la incertidumbre en el precio de venta definitivo.

- En ocasiones, especialmente en obra civil, la obra presenta tal envergadura que no puede ser acometida por una sola empresa, tanto por motivos técnicos, (complejidad, especialidades a dominar), como por motivos económicos (excesiva concentración de riesgo empresarial, incapacidad financiera para acometer el proyecto en solitario). Esta posibilidad suele llevar a las empresas constructoras a afrontar el proyecto de forma conjunta con otras, a fin de acudir a un concurso privado, o másfrecuentemente público, obtener la adjudicación de la obra y desarrollarla en colaboración, para lo cual es habitual constituir las denominadas Uniones Temporales de Empresas.

- En este contexto, puede reseñarse la importancia que representa la Administración Pública en este sector, configurándose como un relevante cliente dadas las ofertas que realiza para la ejecución de obras, normalmente de ingeniería civil que son de elevada cuantía.


B) Respecto de los factores de producción, las cuestiones más significativas son las siguientes (Álvarez y Carrasco, 2000):

- Los centros de producción son flotantes: cada obra debe ser considerada como una planta industrial, que se monta allí donde sea necesario, cuando se termina la obra los medios de producción se trasladan a la siguiente obra, lo que confiere a estos procesos un carácter itinerante. Esta diversidad de centros de producción conlleva una manifiesta descentralización, tanto de la actividad como de la toma de decisiones, con la consiguiente complejidad en lo que a su control se refiere.

- En cuanto a los factores productivos hemos de señalar, por lo que se refiriere a los materiales o elementos incorporables, el volumen, la gran variedad que de los mismos se utilizan en la ejecución de las distintas obras y la alta capacidad de sustitución entre unos y otros (p.e. vigas de hormigón o metálicas). Algunos de estos factores, se consumen de forma muy mayoritaria por las empresas constructoras (ascensores por ejemplo). Incluso, el nivel de consumo de cemento se suele emplear como un indicador claro de la situación en que se encuentra el sector constructor y, por ende, de la totalidad de la economía.

- El uso de maquinaria y tecnología, si bien no consigue conformar un porcentaje excesivamente relevante de costes, sí sucede que en los últimos años dicho uso es creciente, por lo que la partida de costes de amortización asociada también experimenta alzas importantes. En ocasiones la maquinaria se alquila, con o sin mano de obra que la maneje, (como por ejemplo las grúas, camiones hormigonera, etc.)

- En términos de coste, también hay que destacar la alta participación de la mano de obra en el proceso productivo constructor, con la tremenda variedad de especialización del personal que participa en el mismo: Gruístas, albañilería, fontanería, etc. Otro aspecto a reseñar de este factor productivo es el elevado porcentaje de rotación que presenta, dado que es habitual la contratación por obra, en que al finalizar la obra se procede a su despido, seguido en muchas ocasiones de una recontratación para otra obra.

- La variedad de productos finales y de materiales a utilizar, la diversidad de la tecnología a aplicar, las distintas exigencias de cada cliente y/o dirección técnica, así como la heterogeneidad de las actividades a ejecutar, propicia que, en este sector, sea habitual acudir a la subcontratación, bien por motivos de especialización, bien por motivos de coste, o de ambos en simultáneo.

C) En lo relativo a la ejecución de dicho proceso productivo:

- El proceso debe fraccionarse convenientemente en fases o capítulos, tal como debe hacerse constar en el proyecto que la dirección técnica elabore al efecto, divididos a su vez en unidades de obra o hitos.

- Así mismo, la posible ejecución simultánea de diferentes unidades de obra, o la necesaria prelación de otras, hace necesario la simultaneidad en la ejecución de las distintas obras y el diseño de un calendario de ejecución para cada obra en concreto, secuenciando las actividades que se han de realizar. Las inclemencias meteorológicas dificultan la ejecución de este proceso productivo, existiendo una cierta dependencia a los fenómenos naturales. En casos en los que la envergadura del proyecto lo aconseje, éste deberá regirse mediante procedimientos de “Project management”.


En el plano de la información financiera, la importancia económica del sector, unido a las características descritas, han propiciado que se haya dictado una normativa contable específica, tanto en el ámbito internacional (NIC 11 “Contratos de construcción” de 1993), como en nuestro país, en el plano de la regulación pública (la Adaptación Sectorial del Plan General de Contabilidad a las Empresas Constructoras de 1993) como en el de las propuestas privadas (Documento “La Contabilidad de Gestión en las Empresas Constructoras” número 25 (2002) de AECA).

Pero además, dichas características condicionan significativamente el diseño del modelo de contabilidad de costes seguido por cada empresa constructora, debiendo tener en consideración que (AECA, 2002):

♦ Debe tener la suficiente flexibilidad con el fin de que pueda ser utilizado en diferentes escenarios con condiciones económicas distintas que se puedan dar en el desarrollo de la construcción, y además con respecto a cada nuevo contrato.

♦ Cada obra, además de constituir el output final conforma el centro de producción y en el mismo se realiza la adopción de muchas de las decisiones, se lleva a cabo la toma de datos, (tales como consumos en unidades físicas, horas aplicadas, etc.), se realiza la recepción y validación de documentos, entre otras.

♦ Los centros de producción son itinerantes.

♦ La producción de unidades de obra, grupo de unidades de obra, obra, etc. presenta dificultades de medición.

♦ Es obvio que la implantación de un sistema de costes ha de permitir al contratista realizar un seguimiento de las obras en curso, ofrecerle información para calcular las desviaciones, permitiéndole tomar decisiones y además, como base de corrección, en lo referente a la elaboración de presupuestos posteriores, con los que se presentarán futuras ofertas y licitaciones.

El nivel de detalle del análisis de costes dependerá de las exigencias informativas de cada empresa, pero también de la naturaleza del propio proceso productivo, por lo que resulta normalmente adecuado proceder a determinar los costes de las distintas actividades o capítulos que habitualmente se requieren para la ejecución de la obra. Este nivel de detalle proporciona bastante información para el control y toma de decisiones, consiguiendo con ello las siguientes ventajas:

Permite obtener el coste unitario previsto de cada actividad, lo implica tanto la medición de las magnitudes técnicas como su valoración económica.

Permite conocer las desviaciones que existan durante la obra, respecto de presupuestos.

Permite deducir la conveniencia de la producción propia o la subcontratación de determinadas actividades a desarrollar, y en esta segunda opción, los precios de subcontrata que pueden asumirse, y Facilita las tareas futuras labores de presupuestación de nuevas obras.

El punto de referencia o de partida del control económico de toda obra es el presupuesto de ejecución de obra. El presupuesto, como para cualquier otra empresa, es una importante herramienta de control. Sin embargo, para el sector constructor es imprescindible contar con un proyecto de ejecución de obra, en el que no solo constará el diseño de la edificación planteado por la dirección técnica sino también otras cuestiones relativas a la seguridad e higiene, control de calidad, especificaciones técnicas particulares, etc., que también constituirán otros elementos del coste de la obra, por lo que el presupuesto de ejecución debe materializar la valoración económica del proyecto.

Asimismo, el presupuesto de ejecución de la obra es la base para presentar la oferta a la licitación, y debe estar orientado a cumplir los objetivos estratégicos de la empresa constructora, teniendo en cuenta la situación de la cartera de contratación, la capacidad tecnológica y la capacidad financiera; en definitiva, es la base para el futuro control de obra (Ximénez, 1996).

El proyecto de ejecución tiene su antecedente y desarrolla a su vez el proyecto básico autorizado por las autoridades locales que otorgan la licencia de construcción, y en el que se especificaron ya los materiales y las actuaciones que se van a llevar a cabo, pero con un menor grado de detalle. Los proyectos, se elaboran mediante la necesaria interrelación de los presupuestos técnico y económico, que deben elaborarse de forma conjunta. No obstante, es habitual que posteriormente surjan desviaciones entre los presupuestos derivados del Proyecto básico y del Proyecto de ejecución, puesto que el primero, que contiene el presupuesto preparado para obtener la contrata de la obra, es realizado en ocasiones considerando valores económicos infravalorados (Cavero et all, 2003).

La elaboración del presupuesto de ejecución, requiere las siguientes fases:

♦ Proyectar las unidades de obra que intervienen en el proyecto de construcción.

♦ Estimar los precios unitarios valorando todos los factores directos e indirectos que intervienen en la composición de la unidad de obra.

♦ Aplicar los precios a cada una de las partidas que forman las mediciones del proyecto. La unidad de obra consiste en estimar cada una de las partidas en que se puede dividir la ejecución de la obra y que al ejecutarse puede ser medida, o al menos, descrita y valorada

La unidad de obra suele estar compuesto por:

- El coste de los materiales específicos que consume;

- El importe de la mano de obra necesaria para su ejecución;

- El coste de la utilización de la maquinaria (amortización o alquiler) y el utillaje requeridos(medios auxiliares).

- En el caso de subcontratación los costes anteriores pueden ser sustituidos por el coste de ésta.


Actividad para los estudiantes

En grupos de tres o cuatro estudiantes, definan los elementos que se deben considerar en el presupuesto de la construcción de: una vivienda, un puente, una terminal de transporte, un estadio. Seleccionar una construcción


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